viernes, 15 de agosto de 2014

Hay tres espacios vitales en el cosmos: 
el mar, donde nadan los peces que no hablan, 
la tierra, donde viven los animales que gritan, 
el cielo, donde vuelan las aves que cantan. 
El hombre participa de esos tres espacios: 
de la profundidad del mar, del peso de la tierra, 
de la inmensidad del cielo. 

Y le pertenecen el callar, gritar y cantar. 

Pero el hombre privado de trascendencia, 
solo queda facultado para gritar. 

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