jueves, 1 de mayo de 2014

Coetzee o...

... La castración de Orígenes es toda una definición. Una automutilación que parece no haber sido tan disparatada para la época. Ir a un médico y castrarse era –según el historiador Peter Brown– una operación de rutina. La cirugía esterilizaba al hombre aunque no lo volvía casto cuando la intervención era postpubertaria. Su aspecto cambiaba. Ya no le crecían pelos en la cara, por lo que la imagen tradicional del filósofo que se tenía en la época, la de un hombre barbudo, en Orígenes variaba hasta darle una apariencia extraña. Su cara sonrosada, lampiña y suave, lo hacia aparecer un adolescente tardío fijado en un estado de inocencia.

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