domingo, 17 de noviembre de 2013

Yo soy Malala

“Nuestras tías nos asustaban con historias de fantasmas, como la de Shalgwatay, el Hombre de Veinte Dedos, sobre el que nos decían que dormiría en nuestras camas. Nosotras llorábamos de terror y no nos dábamos cuenta de que, en realidad, todos tenemos veinte dedos, pues en pashtún todos los dedos se dicen con la misma palabra. Para que nos laváramos, nos contaban historias sobre una espeluznante mujer llamada Shashaka, que te perseguía con las manos pringosas de suciedad y aliento pestilente si no te bañabas o no te lavabas el pelo, y te convertía en una mujer sucia con el pelo como colas de ratas llenas de insectos. Incluso podría matarte. En invierno, cuando los padres no querían que sus hijos estuvieran fuera, en la nieve, les contaban una historia sobre el león o el tigre que siempre debe ser el primero en pisar la nieve; de lo contrario, los animales se enfadarían y bajarían de la montaña para devorarnos. Sólo cuando el león o el tigre ha dejado su huella se nos permite salir a nosotros.”


“Cuando las jóvenes desaparecen no siempre es porque las casan. Había una hermosa joven de quince años llamada Seema. Todo el mundo sabía que estaba enamorada de un muchacho y a veces él pasaba por delante y ella le miraba bajando sus largas pestañas que eran la envidia de todas las chicas. En nuestra sociedad una joven que coquetea con un hombre trae la vergüenza a la familia. Eso sólo está bien para los hombres. Más tarde se nos dijo que se había suicidado, pero descubrimos que su propia familia la había envenenado"

Pasaje de: Christina, Lamb. “Yo soy Malala (Libros Singulares (alianza) (Spanish Edition).” iBooks. 
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