Pobre
Suarez, no puedo decir otra cosa. Horas de intentar explicar a los ingleses que
uno puede decir negro sin ofender a nadie, sin ser racista.
“A mi me
dicen “negra”” era el ultimo intento. Pero nunca funcionaba, no funciona, no
hay forma de explicarlo.
Ayer hablábamos
de una película (de las miles de las que se habla en las charlas entre actores,
productores, escritores y directores de los que estoy rodeada). Una versión de una novela donde el/la
director/a cambiaba un personaje que era gitano por un (negro, shhhh… bajito,
decilo bajito) dark (para mi eso es nada, puede ser africano, indio, árabe,
afgano, tibetano) y entonces pregunte.
Y llego la
hecatombe, “eso no lo podes decir”, dijo Anthony, en un tono tan severo que por
un momento me hizo volver a mi niñez.
Cuando era
niña, dictadura obviamente, todas las tarde me encerraba en el living de mi
casa a escuchar música, quien no lo hacia?. Escuchaba emisora del palacio, en
un combinado sylvania que por supuesto tenia toca discos y casetero. Habia discos ahí, yo no se de donde habían
salido, quienes los habrían comprado. Richard Clayderman, si, con su melena
rubia sentado en un piano blanco ocupando toda la tapa. Pero había otros discos
en otro lugar que había visto. Mi curiosidad fue abruptamente interrumpida por
las corridas de mi madre y de mi padre gritando: “saca eso!”
Suarez:
Decir “negro” en Inglaterra equivale a escuchar a Mercedes Sosa a todo volumen
en Uruguay en la dictadura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario